Ochenta años de multilateralismo
Retos actuales y perspectivas globales
Crónica de las Asambleas Anuales 2024 del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo Banco Mundial (GBM)
Del 21 al 26 de octubre de 2024, líderes mundiales, ministros de economía y finanzas de más de 180 países, representantes de gobiernos y miembros de la sociedad civil de todo el mundo se reunieron en Washington, D.C., Estados Unidos, para participar en las Asambleas Anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo Banco Mundial (GBM).
Fue una ocasión especial ya que se trataba del 80º aniversario de ambas instituciones, creadas en 1944 en Bretton Woods, New Hampshire, al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Siendo su objetivo construir un mundo más estable, más justo y próspero para todos, su creación marcó un hito importante en la historia de la gobernanza económica mundial. Hoy se sigue luchando por el mismo objetivo, aunque el escenario mundial sea más complejo y los retos se hayan amplificado.
Según las palabras del presidente de aquella primera Asamblea Anual, el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, John W. Snyder: “Al unirse al Fondo y al Banco, nuestros respectivos gobiernos no solo han invertido grandes sumas de dinero sino que, en gran medida, han apostado su destino económico al éxito de estas instituciones. No debemos fallarle a nuestros gobiernos y, sobre todo, a las personas esperanzadas a las que representamos”.
Estas palabras son tan significativas y válidas hoy como lo fueron entonces. Durante ocho décadas, el FMI y el Banco Mundial se han mantenido como pilares del multilateralismo, aportando estabilidad financiera, promoviendo el desarrollo, apoyando a sus miembros durante crisis mundiales, desde guerras hasta pandemias, y aportando resiliencia a la economía global.
A este respecto, la directora del FMI Kristallina Georgieva afirmó: “Si Keynes y White podían hacer brillar una luz en un túnel tan oscuro, entonces, claramente, nuestra misión es llevar su antorcha… Nuestros fundadores nos han dejado un legado para ver a través de tiempos más oscuros. Y así lo haremos, porque sabemos que se puede hacer…. Los países no se unen por idealismo o caridad, sino por interés propio. Para hacer bien nuestro trabajo, debemos esforzarnos por la inclusión”.
Por su parte, el presidente del GBM, Ajay Banga, indicó: “Junto con el FMI, el Banco Mundial nació en un momento de agitación mundial. Establecido en 1944 durante la conferencia de Bretton Woods, surgió como respuesta a la devastación generalizada causada por la Segunda Guerra Mundial. Su propósito original como Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento se centró directamente en ayudar a las naciones devastadas por la guerra a reconstruir… Hoy nos encontramos en una encrucijada muy similar en la que la reconstrucción está en primer plano debido a las guerras en Europa, en Oriente Medio y en África…Y si bien la reconstrucción es esencial, nos centramos cada vez más en el desarrollo. Y ahí es donde radica el corazón del Banco Mundial, que ayuda a las naciones a salir de circunstancias menos afortunadas para permitir que las personas alcancen todo su potencial”.
La complejidad de los retos actuales a escala mundial no tiene precedentes ya que además de pobreza, riesgos sanitarios, destrucción y conflictos, el cambio climático actúa como un multiplicador de riesgos, afectando a países y territorios de manera desigual y así contribuyendo a exacerbar las brechas existentes.
La Asamblea Plenaria fue presidida por Ahmed Munawar, gobernador y ministro de Finanzas de las Maldivas. El actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio la bienvenida a todos señalando: “Necesitamos urgentemente adaptar nuestras instituciones para responder a los desafíos de nuestro tiempo: acelerar la transformación de las energías limpias, empoderar a los trabajadores, cerrar la brecha de infraestructura… Garantizar que nuestras instituciones representen a todas las personas a las que servimos”.
Se abordaron numerosos temas que podrían resumirse en tres áreas esenciales: la dinámica de la economía mundial, la lucha contra el cambio climático y la colaboración a nivel multilateral. Además de eso, ambas instituciones presentaron su enfoque actual y las medidas adoptadas recientemente para dar respuesta a los muchos retos a los que se enfrentan.
“
Durante ocho décadas, el FMI y el Banco Mundial se han mantenido como pilares del multilateralismo, aportando estabilidad financiera, promoviendo el desarrollo, apoyando a sus miembros durante crisis mundiales, desde guerras hasta pandemias, y aportando resiliencia a la economía global.
Ahmed Munawar, gobernador y ministro de Finanzas de las Maldivas, presidió la Asamblea Plenaria de las Asambleas Anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo Banco Mundial (GBM), celebradas en Washington D.C. entre el 21 y el 26 de octubre de 2024.
Foto: “102524-DAR Plenary-GE-263-F” por World Bank bajo licencia CC-BY 2.0.
DINÁMICA DE LA ECONOMÍA MUNDIAL
La resiliencia de la economía mundial esconde grandes vulnerabilidades
A pesar del endurecimiento de las condiciones financieras en los últimos años y el aumento de las tensiones geopolíticas, la economía mundial está mostrando una fortaleza notable. La inflación se está moderando. Sin embargo, los conflictos y convulsiones persistentes en muchas partes del mundo, como Ucrania, Oriente Medio y África, ensombrecen el progreso y siembran incertidumbre. Nuevas escaladas tendrían un impacto mucho mayor, sobre todo en las economías vulnerables.
El aumento (desde 2020) y la posterior disminución gradual de la inflación pueden explicarse como resultado de una combinación única de choques y perturbaciones. Interrupciones generalizadas de la oferta junto con fuertes presiones de la demanda a raíz de la pandemia COVID19, seguidas de fuertes aumentos de los precios de las materias primas causados por la guerra en Ucrania, provocaron subidas generalizadas de los precios.
A medida que las interrupciones de la oferta disminuyeron y la política monetaria restrictiva contribuyó a reducir la demanda, se consiguió que la inflación disminuyera sin por tanto provocar una desaceleración importante de la actividad.
Es evidente que gran parte de la desinflación puede atribuirse a la aminoración de los propios choques exógenos, junto con las mejoras en la oferta de mano de obra (en algunos países vinculadas al aumento de la inmigración). Pero la política monetaria desempeñó un papel decisivo al mantener ancladas las expectativas de inflación1, evitando espirales deletéreas de precios y salarios y una repetición de la desastrosa experiencia inflacionaria de la década de 1970, reforzando así la credibilidad de los bancos centrales.
Desde el 5,7% registrado en el cuarto trimestre del año pasado, según las perspectivas del FMI, la inflación mundial descenderá hasta el 5,3% en el trimestre actual y hasta el 3,5% en el cuarto trimestre de 2025, con un descenso más rápido en las economías avanzadas. El regreso de la inflación cerca de los objetivos de los bancos centrales allana el camino para un triple giro de la política, sin olvidarnos de que posibles interrupciones del suministro derivadas del cambio climático y las tensiones geopolíticas todavía nos acechan, creando por tanto altas dosis de vulnerabilidad2.
1 “No era una conclusión inevitable”, dijo la primera subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath, sobre la victoria sobre la inflación. “Es mérito de los banqueros centrales, han mantenido ancladas las expectativas de inflación a largo plazo y eso ayudó a reducir la inflación sin un gran golpe a la actividad”. De cara al futuro, Gopinath ve diferentes tipos de riesgos para la trayectoria descendente de la inflación. Uno de ellos es la expectativa de que los déficits fiscales serán menores tanto en Estados Unidos como en la eurozona. El segundo es “lo que viene de la geopolítica”, por ejemplo un aumento de los precios del petróleo, o “lo que viene de una gran ronda de aumentos de tarifas, que tiene presiones inflacionarias”.
2 En su intervención en la presentación de Perspectivas de la economía mundial, Pierre-Olivier Gourinchas dijo: “Las perspectivas están dominadas por los riesgos a la baja, como la escalada de los conflictos regionales, especialmente en Oriente Medio, los cambios hacia las políticas comerciales e industriales que podrían reducir la producción económica, y una fuerte caída de la migración a las economías avanzadas. Todo esto podría avivar la presión inflacionaria y desencadenar un endurecimiento repentino de las condiciones financieras mundiales”.
Las bajadas de tipos de interés aliviaran la presión sobre los mercados emergentes
Desde junio, los principales bancos centrales de las economías avanzadas han comenzado a recortar las tasas de interés, adoptando una postura más neutral. Esto respaldará la actividad económica en un momento en que los mercados laborales de muchas economías avanzadas están mostrando signos de enfriamiento, con tasas de desempleo crecientes. Hasta ahora, sin embargo, el aumento del desempleo ha sido gradual y no apunta a un aumento inminente.
Los tipos de interés más bajos en las principales economías aliviarán la presión sobre las economías de mercados emergentes, con el fortalecimiento de sus monedas frente al dólar estadounidense y la mejora de las condiciones financieras de repago de deudas. Esto ayudará también a reducir la inflación importada, lo que permitirá a estos países seguir su propio camino de desinflación con mayor facilidad.
Sin embargo, la inflación de los servicios sigue siendo elevada, casi el doble de los niveles previos a la pandemia. Algunas economías de mercados emergentes se enfrentan a un resurgimiento de las presiones inflacionarias y han comenzado a subir nuevamente los tipos de interés.
Finalmente, cabe recordar que los nuevos y más altos niveles de precios de los últimos años están todavía afectando a las familias cuyo poder adquisitivo ha disminuido.
Una consolidación fiscal equilibrada es necesaria para frenar la escalada de la deuda
Queda pendiente la asignatura de la política fiscal. Después de años de expansionismo en muchos países, es ahora urgente conseguir estabilizar las deudas. Crear espacio fiscal es absolutamente imprescindible para conseguir estabilidad macroeconómica y financiera. Si bien la bajada de tipos de interés proporciona cierto alivio fiscal al reducir los costos de financiamiento, esto no será suficiente, especialmente porque los tipos de interés reales a largo plazo siguen estando muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia, porque las deudas son muy altas, y porque las tasas de crecimiento del GDP siguen siendo modestas.
El aumento de los pagos de tasas de interés en los últimos años ha estado absorbiendo una porción cada vez mayor de los ingresos fiscales, especialmente en las economías de mercados emergentes y débil capacidad de recaudación fiscal.
Por otra parte, las presiones de gasto se acumulan, relativas al clima y la demografía y, en muchos países emergentes, derivadas de las necesidades de inversión para fomentar el crecimiento y cerrar brechas de desarrollo. Para 2030, según los estudios del FMI, estas presiones de gasto añadirán alrededor del 7% del PIB al gasto anual en las economías avanzadas, el 9% del PIB en los mercados emergentes y el 14% en los países de bajos ingresos3.
Al mismo tiempo, se pronostica que la deuda pública mundial seguirá aumentando, con el riesgo de que pueda superar la proyección de referencia del FMI hasta en un 20% del PIB mundial en un escenario negativo severo pero plausible.
Estas cifras ocultan, sin embargo, gran diversidad. Los datos muestran que más de dos tercios de los mercados emergentes y las economías en desarrollo corren un alto riesgo de sobreendeudamiento. Como muestra un nuevo informe del Banco Mundial, los 26 países más pobres del mundo, donde vive el 40% de las personas más afectadas por la pobreza, están más endeudados que estaban en 2006 y son cada vez más vulnerables a los desastres naturales y a otras crisis.
Para algunos países, los planes fiscales actuales no lograrán estabilizar la dinámica de la deuda. El camino es estrecho: retrasar la consolidación aumenta el riesgo de ajustes desordenados impuestos por el mercado, mientras que un giro excesivamente brusco hacia el endurecimiento fiscal podría ser contraproducente y perjudicar la actividad económica.
El éxito requiere la implementación sin demora de ajustes plurianuales sostenidos y creíbles, donde la consolidación fiscal es necesaria. Cuanto más creíble y disciplinado sea el ajuste fiscal (aumentando recaudación y reestructurando gastos de forma selectiva), más podrá desempeñar la política monetaria un papel de apoyo al relajar los tipos de interés oficiales y mantener la inflación bajo control, lo cual es absolutamente necesario para reducir los costos de repago de las deudas ya existentes.
Por otra parte, la selectividad del gasto público es absolutamente esencial para promover el crecimiento y elevar sus perspectivas a mediano plazo. Deben protegerse las inversiones que fomentan el crecimiento, en particular en materia de clima y tecnología. Y la consolidación debe diseñarse de manera que no se produzca a expensas de la protección social y los empleos.
3 Ese es el principal mensaje del Monitor Fiscal Otoño 2024, según resumió el director de Asuntos Fiscales, Vítor Gaspar. Se prevé que la deuda pública mundial supere los 100 billones de dólares este año. Al ritmo actual, la relación entre la deuda mundial y el PIB se acercará al 100% a finales de la década, superando el pico de la pandemia. “Ahora es el momento de pivotar hacia un ajuste fiscal gradual, sostenido y centrado en las personas”, agregó Gaspar.
“
Estamos observando una mayor fragmentación a nivel del comercio mundial, que ya no es el poderoso motor de crecimiento que solía ser. Algunos países están aplicando medidas de política industrial y comercial proteccionistas.
Fomentar el crecimiento requiere medidas destinadas a aumentar la productividad
Además de altas deudas que siguen creciendo, el mundo se enfrenta ahora a una trayectoria de bajo crecimiento, una combinación explosiva para algunos países. Se proyecta que el PIB mundial crecerá a una tasa media anémica del 3,2% anual durante los próximos cinco años. Sin embargo, algunas economías en desarrollo han experimentado revisiones considerables a la baja, a menudo vinculadas a la intensificación de los conflictos o a las perturbaciones climáticas.
El crecimiento en Estados Unidos se sitúa al 2,8% este año, pero se espera que vuelva a su potencial en 2025. En el caso de las economías europeas avanzadas, se espera un modesto repunte del crecimiento el próximo año (por debajo del 2%), con una producción más cercana a su potencial. Las perspectivas de crecimiento en los mercados emergentes y las economías en desarrollo están en torno al 4,2% este año y el próximo, con un sólido desempeño continuo de las economías emergentes de Asia. Se prevé que el crecimiento económico mundial se mantenga estable alrededor del 2.7% in 2025-2026, a medida que la inflación retroceda, pero la vulnerabilidad persiste.
Estamos observando también una mayor fragmentación a nivel del comercio mundial, que ya no es el poderoso motor de crecimiento que solía ser. Ante el aumento de la competencia externa y las debilidades estructurales que frenan la productividad, así como algunas preocupaciones de seguridad nacional y dependencia, algunos países están aplicando medidas de política industrial y comercial proteccionistas.
Pero los desequilibrios externos a menudo reflejan fuerzas macroeconómicas exógenas o ineficiencias internas. Utilicemos el instrumento adecuado para la reforma adecuada. Si bien las medidas de política industrial y comercial pueden impulsar la inversión y la actividad a corto plazo, si no se abordan las ineficiencias del mercado interno y se financian subsidios con deuda, dichas políticas pueden ser contraproducentes.
Por el contrario, el crecimiento económico debe provenir de reformas internas ambiciosas que impulsen la tecnología y la innovación, construyan capital humano, mejoren la competencia y la asignación de recursos y estimulen la inversión privada productiva, sin limitar las posibilidades de intercambio e integración a nivel global.
Estas reformas abarcan medidas del mercado laboral, como la mejora de las competencias y la adecuación de los puestos de trabajo, reformas en el mercado financiero para movilizar el ahorro y favorecer la inversión. En las economías avanzadas, el capital de riesgo y la integración del mercado de capitales son prioridades clave. En otros lugares, la atención debe incluir medidas para mejorar la gobernanza y las instituciones.
Queda mucho por hacer para mejorar las perspectivas de crecimiento y aumentar la productividad, ya que esta es la única manera de abordar los numerosos desafíos que enfrentamos. Un mayor crecimiento no solo ayudaría a crear empleos bien remunerados, sino que también aliviaría el trilema fiscal al generar mayores ingresos fiscales.
“Los responsables de la formulación de políticas se enfrentan ahora a un trilema político fundamental: mantener la sostenibilidad de la deuda cuyos niveles son muy altos en algunos países; acomodar las presiones de gasto para la adaptación al clima, compensar por el envejecimiento de la población y conseguir los objetivos de desarrollo. Y al mismo tiempo, obtener el apoyo que se necesita para las reformas”, dijo la subdirectora de Asuntos Fiscales del FMI, Era Dabla-Norris.
LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
El presidente de la Asamblea Anual, Ahmed Manawar, ministro de Finanzas de las Maldivas indicó que los países pequeños están en la primera línea del cambio climático. “Nuestro objetivo es que el 33% de nuestra electricidad provenga de fuentes renovables para 2028. Este puede ser un objetivo muy ambicioso, pero creemos que esta transición aumentará la resiliencia climática y también generará importantes ahorros en divisas. Lograr el objetivo requiere alrededor de 1.300 millones de dólares para mejorar la infraestructura energética, de los cuales solo el 13% ha sido prometido por los donantes hasta ahora”.
Los pequeños estados insulares, como Maldivas, y otros países en desarrollo particularmente vulnerables al cambio climático instaron a las instituciones financieras internacionales a que proporcionen una financiación climática más fácil y asequible para la adaptación y la mitigación, sobre la base de los principios de una transición justa.
El Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad del FMI y el GBM ha aportado un récord de $42.600 millones en 2024 en financiación climática. En los menos de tres años transcurridos desde su lanzamiento, 20 países han recibido préstamos a largo plazo de dicho Fondo que apoya políticas destinadas a impulsar la resiliencia al cambio climático.
Sin embargo, se necesitan apoyos adicionales sobre todo para los países en desarrollo muy vulnerables al cambio climático, como puedan ser estados insulares y países costeros especialmente amenazados propicios a desastres naturales. Al mismo tiempo, es necesario replantear e implementar estrategias innovadoras para movilizar las inversiones del sector privado.
Por su parte el Fondo Planeta Habitable de GBM se ha capitalizado hasta ahora con $200 millones, junto con el apoyo inicial de Dinamarca, Alemania, Islandia y Japón, y sigue a la búsqueda de otros gobiernos y organizaciones filantrópicas que contribuyan.
UN NUEVO IMPULSO AL MULTILATERALISMO
En el entorno geopolítico actual, de altas temperaturas, no podemos dar por sentada la cooperación. En el contexto de la Asamblea anual, coincidiendo con el 80º aniversario de las instituciones de Bretton Woods, se manifestó que el fomento de la confianza debería resonar a la hora de pensar en formas de mejorar la cooperación internacional y reforzar los esfuerzos multilaterales para hacer frente a los desafíos comunes. Las políticas internas de los gobiernos no serán suficientes. Para hacer frente a los desafíos mundiales de hoy, necesitamos, más que nunca, la cooperación y la acción multilateral.
Al reflexionar sobre los debates que se han mantenido durante estas Reuniones Anuales, ha surgido con fuerza un tema principal: la necesidad crítica de la cooperación multilateral: “La acción colectiva es el antídoto contra un mundo cada vez más fragmentado”, afirmó el presidente del GBM.
El FMI, al presentar la Agenda Mundial de Política Monetaria, señaló que sus dos prioridades esenciales son asegurar un aterrizaje suave de la economía mundial y salir de la senda de bajo crecimiento y alta deuda. Para lograrlo, será importante que la inflación vuelva a la meta; hacer frente a la elevada deuda y a los déficits; y llevar a cabo reformas que impulsen el crecimiento. A medida que se abordan estos desafíos, será esencial que continúe la cooperación en materia de clima, tecnología, deuda y comercio.
El FMI y el Banco Mundial desempeñan un papel fundamental en materia de deuda, el Marco Común de sostenibilidad IMF-GBM ya ha logrado logros históricos en varios países; sin embargo, esfuerzos adicionales son necesarios para aumentar la previsibilidad y mejorar la sostenibilidad de la deuda. Los avances se han visto respaldados por una mayor cooperación entre las partes interesadas en la Mesa Redonda Mundial sobre la Deuda Soberana que se reunió durante las Asambleas, para ayudar a crear consenso.
Por otra parte, es necesario que las instituciones de Bretton Woods continúen ayudando a fortalecer las capacidades productivas y estatales de las economías emergentes y en desarrollo. La Asamblea Anual de 2024 sugiere que el FMI y el GBM deberían centrarse más en la creación de empleo, la igualdad de oportunidades, la diversificación económica y el impacto de las corrientes de refugiados. Del mismo modo, las reformas estructurales deben ser socialmente aceptables, para garantizar que los beneficios se compartan ampliamente.
Ambas instituciones están en proceso de expansión a nuevos países. El FMI acogió al Principado de Liechtenstein como miembro 191 durante la Asamblea y el GBM continúa fomentando la colaboración con otros bancos multilaterales de desarrollo como demuestran sus alianzas con otras cinco instituciones: el Banco Interamericano de Desarrollo (Amazonas), el Banco Islámico de Desarrollo (comercio transfronterizo), y el BAII (fortalecimiento de los servicios de salud).
HACIA UN BRETTON WOODS RENOVADO: REFORMAS RECIENTES
En 2023 el FMI obtuvo un aumento del 50% de la cuota en la Asamblea anual de Marrakech, lo cual solidifica su capacidad como prestamista. El fortalecimiento de esta función crediticia del FMI y de sus servicios de crédito fortalece la red mundial de seguridad financiera. Han aumentado los préstamos para respaldar las reformas y ayudar a los países vulnerables a abordar las necesidades de la balanza de pagos y aumentar la resiliencia frente a múltiples shocks. El stock de crédito concesional pendiente del Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza se ha triplicado hasta alcanzar los 28.000 millones de dólares.
La función del FMI continuará siendo esencial en materia de gestión de flujos de capital en las economías de mercados emergentes y el asesoramiento sobre los detalles de la política de tasas de interés en las economías avanzadas, así como el desarrollo de capacidades a través de la asistencia técnica. El apoyo del FMI es esencial para los países con una capacidad limitada para acumular reservas internacionales, considerando que cinco países poseen más de la mitad de las reservas totales del mundo, mientras que muchos otros países continúan en situación de vulnerabilidad.
En vísperas de las Reuniones Anuales se acordó reducir los cargos y recargos de los préstamos regulares en un promedio del 36 por ciento y lograr un paquete integral de reformas y financiamiento que duplica con creces su capacidad de préstamos en condiciones concesionarias y sitúa el apoyo del FMI a los países de bajos ingresos en una base más firme.
Las Reuniones también brindaron un momento para que el GBM presentase su visión renovada para constituir “una institución que sea capaz de hacer frente a los desafíos de nuestro tiempo, a una escala sin precedentes”. En la siguiente fase de su misión, se propone garantizar que la creación de empleo sea un objetivo explícito —y no solo un subproducto— de los proyectos.
En los mercados emergentes, 1.200 millones de personas se convertirán en adultos en edad de trabajar en los próximos 10 años y entrarán en un mercado laboral que se prevé que ofrezca plazas para solo 420 millones de ellos. Para ayudar a cerrar esa brecha, el Banco ha puesto en marcha un consejo de alto nivel destinado a encontrar soluciones para generar empleos para los jóvenes. Encabezado por Tharman Shanmugaratnam, presidente de Singapur, y Michelle Bachelet, expresidenta de Chile, el Consejo se reunió por primera vez durante las Reuniones Anuales y discutió la importancia de perseguir ideas innovadoras para crear empleos.
“La mejor manera de poner un clavo en el ataúd de la pobreza es darle a la gente la esperanza, el optimismo y la dignidad de un trabajo”, dijo Ajay Banga.
El GBM también ha aumentado su capacidad de préstamo por más de $150.000 millones en los próximos 10 años y ha creado instrumentos de préstamo innovadores, como por ejemplo el financiamiento a 50 años para bienes públicos globales sin costo adicional, o los préstamos con vencimientos más cortos, de siete años, a tipos de interés más bajos.
Se reconoce, sin embargo, que incluso con este capital adicional, es necesario incentivar al sector privado para que sea el “multiplicador” de esfuerzos. La ONU estima que se necesitan de $5.000 a $7.000 millones cada año para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del 2030. Esos recursos no existen entre las finanzas públicas, los bancos multilaterales y las filantropías. Se necesita al sector privado. Para atraerlo, hace falta ofrecerles un retorno muy claro y nuevas oportunidades para sus inversiones.
“Nos enfrentamos a un mundo de una complejidad sin precedentes. La pobreza, el cambio climático, los conflictos, las pandemias, todos ellos se han entrelazado, y los requisitos modernos de la reconstrucción y el desarrollo exigen una institución que sea más rápida, más sencilla y que tenga más impacto”, dijo el presidente del GBM.
En las reuniones también se destacaron nuevos y ambiciosos objetivos en materia del sector agrícola y la igualdad de género. El GBM está adoptando un giro estratégico para crear un ecosistema integral para el sector agrícola. Este nuevo enfoque integrado reunirá todos los recursos de la institución para ofrecer un apoyo integral a un sector que está siendo remodelado fundamentalmente por el cambio climático, las innovaciones en finanzas y la digitalización. El GBM anunció un nuevo nivel de inversión, con el objetivo de duplicar sus compromisos de financiación del sector agrícola a $9.000 millones anuales hasta 2030.
En cuanto a su Estrategia de Género 2030, el GBM ha introducido un conjunto de acciones concretas para impulsar las oportunidades económicas para más mujeres. Estos incluyen un conjunto de objetivos en torno a la banda ancha, la protección social y el acceso al capital para las mujeres. Para 2030, el GBM se propone permitir que 300 millones de mujeres más utilicen la banda ancha, respaldar a 250 millones con programas de protección social y proporcionar capital a 80 millones más de mujeres y empresas dirigidas por mujeres. El logro de estos objetivos desbloqueará servicios esenciales, como las finanzas, la educación y las oportunidades de empleo, para las mujeres, mientras aborda también oportunidades de emprendimiento.
Finalmente, la Asociación Internacional de Fomento (AIF) fue también objeto de atención constante a lo largo de las Reuniones. Como socio fundamental para los países más necesitados, la AIF esgrime poderosas armas contra la pobreza: financiamiento asequible y conocimientos para el desarrollo. A lo largo de seis décadas, 36 países se han graduado de la AIF. Muchos de ellos son ahora generosos donantes. La AIF solo otorga donaciones y préstamos a tipo de interés cero o similar. Segundo, ayuda a construir capacidades de absorción. En tercer lugar, tiene la posibilidad única de multiplicar cada dólar donado por tres o cuatro veces. Eso garantiza a los donantes más impacto por dólar contribuido y da a los clientes la capacidad de asumir proyectos de desarrollo más grandes. Eso es lo que ha ayudado a la AIF a desplegar 270.000 millones de dólares en los últimos 10 años.
En estas Reuniones de 2024, España anunció una aportación de 400 millones de euros, lo que representa un aumento del 40% en su compromiso. El anuncio se produce semanas antes de la 21ª reunión final de reposición en diciembre. España se unió a Dinamarca, que anunció un aumento del 40% en su compromiso en septiembre. Esto eleva la contribución total de España a más de 5.000 millones de euros desde la creación de la AIF.
“Este es un paso importante que esperamos que otros puedan seguir para reforzar la financiación tan necesaria para luchar contra la pobreza y la desigualdad”, dijo Carlos Cuerpo, ministro de Economía, Comercio y Empresa de España. “Este compromiso ejemplifica la determinación y dedicación de España para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y nuestra creencia en la capacidad de la AIF para mover la aguja”.
En un esfuerzo por liberar recursos para las economías vulnerables, España agregó cláusulas de contingencia a sus préstamos oficiales a principios de este año. Las cláusulas dan a los países la opción de pausar los pagos del servicio de la deuda en casos de desastres naturales, crisis alimentarias o de salud. Cuerpo ha instado a otros países desarrollados a adoptar cláusulas de pausa similares antes de la 4ª Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo, que se celebrará el año próximo en Sevilla, España.
“
En los mercados emergentes, 1.200 millones de personas se convertirán en adultos en edad de trabajar en los próximos 10 años y entrarán en un mercado laboral que se prevé que ofrezca plazas para solo 420 millones de ellos.
“
La ONU estima que se necesitan de $5.000 a $7.000 millones cada año para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del 2030. Se reconoce que es necesario incentivar al sector privado para que sea el “multiplicador” de esfuerzos. Para atraerlo, hace falta ofrecerles un retorno muy claro y nuevas oportunidades para sus inversiones.
IMPACTO EN ARAGÓN
Los retos globales mencionados anteriormente no dejan inmune a España y tampoco a nuestro querido Aragón.
Las vulnerabilidades de la economía mundial relativas al excesivo peso de la deuda, el riesgo inflacionista, el débil crecimiento económico o las tendencias hacia el proteccionismo en el comercio exterior actúan como amenazas reales para la economía española en el contexto de la Unión Europea y, por tanto, afectan también a Aragón como comunidad autónoma.
Respetar la disciplina de las reglas fiscales europeas será esencial para favorecer la sostenibilidad de la deuda a largo plazo, mientras se restructura el gasto público en favor de gastos productivos, teniendo en cuenta las contingentes climáticas (incluyendo las infraestructuras necesarias para hacer frente a los riesgos que nos acechan). Al mismo tiempo, resulta imperativo fomentar tasas de crecimiento más altas a través tanto de los factores capital y trabajo como de un aumento en la productividad.
Para ello, será necesario canalizar las inversiones hacia los fines más productivos traspasando fronteras regionales y nacionales, agilizar el mercado laboral para fomentar la creación de empleo y la actividad empresarial, y utilizar nuevas tecnologías para transformar nuestros modelos de producción y prestación de servicios.
En este contexto, Aragón ha demostrado ya su capacidad de atraer inversiones, tanto nacionales como extranjeras, en volúmenes que por primera vez sobrepasan la media nacional. La estabilidad social de la región, su experiencia en materia de resolución de conflictos, sus muchos activos naturales, su posición geoestratégica y su dotación en medios de comunicación y logística despliegan gran magnetismo en el momento actual frente a empresas nacionales y multinacionales pioneras en sectores como el textil, la automoción, el comercio digital, las nuevas tecnologías y los centros de datos.
Es esencial que Aragón sepa aprovechar este momento único en su historia moderna para convertirse en un referente a nivel nacional y europeo en cuanto a crecimiento equilibrado e inclusivo. Para ello, el gobierno regional, las empresas privadas, las universidades y centros de investigación, así como la sociedad civil deberán continuar trabajando estrechamente para construir un ecosistema donde ese engranaje productivo entre terrenos, capital, mano de obra y nuevas tecnologías pueda tener lugar.
Solo a través de un modelo de asociación (partenariado) que permita la colaboración entre empresas multinacionales y entidades nacionales, regionales y locales, la transferencia de know-how, el respeto a las obligaciones fiscales y planes de creación de empleo estable podrá Aragón conseguir que esa transformación ya en potencia se materialice. Aragón podría convertirse en un polo de crecimiento con externalidades positivas para todo el país y para el resto de Europa. Nuestra persistencia, tesón y fortaleza, valores por los que algunos nos llaman “cabezudos”, también nos ayudarán durante el proceso. Y es que siempre seremos tierra noble.
“
Es esencial que Aragón sepa aprovechar este momento único en su historia moderna para convertirse en un referente a nivel nacional y europeo en cuanto a crecimiento equilibrado e inclusivo
Referencias
IMF Managing Director’s Global Policy Agenda, Annual Meeting 2024
IMF Per Jacobson Lecture, 26 de octubre, 2024
@IMF News
@WorldBank News
IMF-World Bank Annual Meetings Plenary
World Bank Spain announcement of Early Financial Commitment to IDA21
World Bank: Women Transforming the World
World Bank: Creating Jobs for Young People
World Bank: Agriculture and Food as an Engine of Sustainable Growth and Jobs
Reflecting on World Bank Group’s Evolution Journey
CEOE Aragón Memoria de Actividades 2023
CEOE Panorama Económico y Empresarial, octubre 2024
ICEX Memoria de Actividades 2023